martes, 20 de abril de 2021

ITZULTZEAK. REGRESARES.

 

 


ITZULTZEAK

 


Hemen zaudete, berriz ere …

Hilabeteak joan dira zuen zurtoin lehorrak erori zirenetik, udako beroak zuen hostoak zimeldu zituenetik. Geroztik, zuen arrastorik ez lurrazalean. Baina lurpean, hor nonbait, bizitzaren txingarrak bizirik zirauten.

Aiarako orkideak landare geofitoak dira, hau da, urteko tarterik luzeena aireko zatirik gabe ematen dute, zurtoin, hosto eta lorerik gabe. Eta ondorioz, fotosintesirik egiteko inolako aukerarik gabe. Nola liteke ba hainbeste hilabetez bizirik irautea?

 

Orchis purpurea

Garai bateko jakitunek garrantzi handia aitortu zioten “espezien arteko lehia” kontzeptuari bizitzaren fenomenoak azaltzeko. Eta arrazoia zuten. Baina aldi berean, pentsalari anarkistek maite zuten gogoraraztea espezien arteko eta banakoen arteko “elkar laguntza” funtsezkoa zela ekosistemen eraketarako eta funtzionamendurako.

Orkideak itxuraz desagerturik daudenean, ez daude ez hilik, ezta bakarrik ere. Lurpeko bere erraboilek onddo espezifiko batzuekin harreman sinbiotikoa eratzen dute, mikorrizazioa deiturikoa. Onddoak nolabait kutsatu, parasitatu egiten du orkidea, baina aldi berean, landarea fotosintesirik egin ezinean aurkitzen den hilabete luzeetan, bizirik mantentzen du.

Ophrys fusca

Zein mekanismo izkutu bezain harrigarriz esnatzen dira orkideak, kimu berriak sortarazteko? Lurraren tenperaturaren gorakadak, edo argi orduen luzatzeak izango al da berpizkunde horren erantzule? Agian onddoak bidalitako seinale kimikoren batek? Auskalo …

Kontua da itzuli zaretela, eta baita neu itzuli ere, txoko kuttun jakinetan zuen aztarnak bilatzera. Hemen zaudete berriz. Aurrena begi trebatuek hain errez bereizten dituzten hosto-erroseta ageriz, gero zurtoina sortuz, hostoak nahiz zurtoina klorofilaz beterik, fotosintesia egiteko prest. Garaia iritsi baita onddoari jasotako laguntza eskertzeko eta itzultzeko, elkar laguntzaren funtsa hortan datzalako.

 

Ophrys fusca

Azkenik, landare miresgarri hauen loreak agertuko dira, apal bezain eder, itxuraz zelai pobre, lehor eta harritsuenak alaitzeko, polinizatzaileen zoramenarako eta gure miresmena eta plazerrarako. Baina hori beste istorioa da, beste noizbait kontatu beharrekoa.

Oraingoz, apirileko lehen hamabostaldian, esan dezagun dagoeneko bospasei orkidea espezie aurkitu ditzakegula Aiarako landa eta erkameztietan. Orchis mascula eta purpurea ugari eta nonahi ageri dira, Ophrys fusca, lutea, sphegodes eta tenthredinifera bakanago, baina tarteka azaltzen dira. Aceras antropophorum-en landareak ozta ozta aterata daude, lorerik zabaldu gabe oraindik.

Udaberriaren mirariak abiatu dira. Badugu zer ikusi eta zer miretsi!

Ophrys fusca






REGRESARES

 

Aquí estáis otra vez …

Meses han pasado desde que cayeron vuestros tallos resecos, desde que los calores del estío marchitaron vuestras hojas. Desde entonces, ni rastro de vosotras en la superficie. Pero en alguna parte, bajo tierra, las brasas de la vida permanecían.

Las orquídeas de Ayala son plantas geófitas, esto es, pasan la mayor parte del año sin partes aéreas, sin tallos, hojas ni flores. Y en consecuencia sin ninguna posibilidad de realizar la fotosíntesis. ¿Cómo es posible que sobrevivan tantos meses?

Orchis mascula
 

Los sabios de otros tiempos reconocieron la gran importancia del concepto de “competencia entre especies” para explicar los fenómenos de la vida. Y no les faltaba razón. Pero al mismo tiempo, los pensadores anarquistas gustaban de recordarnos lo fundamental que resulta el “apoyo mutuo” entre especies e individuos, para la estructura y funcionamiento de los ecosistemas.

Cuando aparentemente las orquídeas no están, no están ni muertas ni solas. Sus bulbos subterráneos desarrollan con ciertos hongos específicos una relación simbiótica conocida como micorrización. De algún modo, el hongo infecta, parasita la orquídea, pero a la vez la mantiene viva durante los largos meses en que no puede realizar la fotosíntesis.

Orchis masculako taldetxoa

¿En virtud de que mecanismo tan misterioso como fascinante se despiertan las orquídeas para hacer surgir nuevos brotes? Será la temperatura del suelo, o el aumento de horas de luz el responsable de este renacimiento? ¿Tal vez alguna señal química emitida por el hongo? A saber …

El caso es que habéis regresado, y yo también, a buscar vuestro rastro en los queridos txokos conocidos. Aquí estáis otra vez. Primero mostrando esa roseta foliar que tan fácilmente reconoce la mirada entrenada, luego formando el tallo, tanto hojas como tallos repletos de clorofila, listas para la fotosíntesis. Pues ya es tiempo de agradecer al hongo la ayuda prestada y devolvérsela, pues en esto consiste el apoyo mutuo.

Ophrys lutea

Por último, aparecerán las flores de estas plantas sorprendentes, tan humildes como bellas, alegrando los prados aparentemente más resecos, estériles y pedregosos, para locura de polinizadores y nuestro placer y maravilla. Pero esa es otra historia, que tal vez contemos en otra ocasión. 

Ophrys lutea

Por lo pronto, digamos que en esta primera quincena de abril podemos encontrar media docena de especies de orquídeas en los prados y quejigales de Ayala. Orchis mascula y purpurea son abundantes y bastante comunes, mientras que Ophrys fusca, lutea, sphegodes y tenthredinifera aunque màs escasas, se  dejan ver. En cambio, Aceras antropophorum apenas ha brotado, sin llegar a desplegar sus flores.

Se han iniciado los milagros de la primavera. ¡Hay tanto que contemplar, tanto que admirar!

Ophrys lutea


Patxi Aiaratik 

Ophrys sphegodes

 





domingo, 4 de abril de 2021

Una imagen

Una imagen: contenedores de basura del área recreativa habilitada por la Diputación.

Lugar: en la cola del embalse de Maroño (Ayala),

Fecha: días 3 y 4 de abril de 2021, Semana Santa

Contenedores del área recreativa del embalse de Maroño 03/04/2021

Contenedores del área recreativa del embalse de Maroño 04/04/2021

Cada uno tendrá su reflexión viendo las imágenes. Es evidente que las personas que echan la bolsa de basura en unos contenedores desbordados piensan que alguien vendrá a recoger la mierda que se ha acumulado en este sitio. Consideran que llevarse la mierda a su casa o a otro lugar donde los contenedores no estén llenos no es un esfuerzo asumible. Forma parte del ritual del botellón y del dominguerismo más chusco. Y es lo que pasa cuando ese ritual se lleva a cabo en plena naturaleza, un lugar emblemático de la comarca, fotogénico, como el embalse de Maroño. Atractivo natural, destino turístico, lugar de esparcimiento… convertido en un mierdal infame.

La solución pasa por la educación pensarán algunos. Lo de respetar el medio ambiente, el reciclaje, el contacto respetuoso con la naturaleza es como un mantra que se repite a la población desde la tierna infancia. Por tanto algo falla, parece claro que la educación no sirve para cambiar los comportamientos incívicos de mucha gente cuando sale de casa desbocada.

Lo mejor sería quitar esos contenedores de ese sitio que, como se ve, actúan de atrayente para la basura. Aunque puede que sea peor, ya que acostumbrados a que haya contenedor, quizá los usuarios del área recreativa empezarían a dejar la basura tirada en cualquier sitio. O protestarían porque no hay donde dejar los desperdicios, vaya incordio.

Seguramente imágenes como esta o parecidas se han repetido en otros sitios “naturales” durante esta Semana Santa de confinamiento en la CAPV, donde los lugares emblemáticos y publicitados son precisamente los menos indicados para disfrutar de la tranquilidad, dada su masificación.

Dado que no hay solución para nuestro incivismo las iniciativas turísticas y de esparcimiento debieran ser profundamente revisadas si no queremos degradar los lugares atractivos y crear un nuevo conflicto entre lo urbano y lo rural. 

Y, de verdad, se echa de menos un poquito más de vigilancia y de control por parte de las autoridades además de evidenciarse una evidente falta de previsión de los efectos del esparcimiento colectivo en la naturaleza en tiempos de confinamientos y toques de queda.

sábado, 3 de abril de 2021

Ascensión a la Peña de Aro en invierno y descenso en primavera

Así de revuelto fue precisamente el 20 de marzo, el día que terminaba el invierno y comenzaba la primavera. El mes de marzo no es el mejor mes para deleitarnos con la flora o para observar fauna: la mayor parte de las aves migratorias que se reproducirán aquí en abril o mayo aún no han llegado y hace frío como para que los reptiles salgan a solearse o para que se activen las mariposas. Pero la previsión meteorológica anunciaba la entrada de un frente y estas nevadas poco intensas de marzo son excelentes para descubrir, a través de las huellas, los mamíferos que viven en nuestras montañas, en esta ocasión en la Sierra Salvada.

Peña de Aro

Dejo el coche en la pista del Aro, en el aparcamiento del cruce de Añes. De aquí hasta el portillo del Aro se tarda algo menos de una hora. El comienzo del recorrido transcurre entre pinares silvestres y quejigos con el coro de fondo formado por el canto de mirlos, zorzales comunes, chochines y currucas capirotadas. Una ardilla intenta pasar desapercibida y un corzo se dirige hacia su lugar de encame. El bosque da paso a la ladera herbosa bajo la escarpada pared de la Peña del Aro y comienzan escucharse a los incondicionales del cantil: las chovas piquirrojas y los cuervos.



Los dos abrevaderos que encontramos antes del Portillo del Aro y algún que otro charco han sido aprovechados por sapos parteros y ranas bermejas para depositar sus puestas y se encuentran a rebosar de zanpaburus. Varias cagarrutas de garduña o marta junto a uno de los abrevaderos nos indican que visitan el lugar asiduamente.

El renacuajo grande es un sapo partero y el pequeño una rana bermeja.

A partir del Portillo del Aro la acumulación de nieve es mayor así que me pongo a buscar huellas trazando un recorrido donde espero encontrar más movimiento de animales: cabañas de Kobata, Fuente Askaita, Portillo de los Lobos y Hayal de Sendayala. La Sierra Salvada es un enclave natural protegido por la figura de Zona de Especial Protección para las Aves, en virtud de su rica biodiversidad, no sólo por el más de un centenar de aves reproductoras sino también por otros taxones faunísticos y vegetales.



Sin embargo, hoy no es un día con suerte y apenas encuentro el rastro de algún corzo, raposo, liebre europea y ardilla, además de las huellas omnipresentes de cornejas y zorzales. Otras veces no ha sido difícil dar con los pasos del tejón, marcando característicamente las uñas y dejando unas huellas que pueden recordar a un oso; o con el rastro de garduñas y martas que desaparecen en la base de algún árbol que habrán utilizado para acechar a sus presas. En algunos lugares que visité esperaba encontrar las huellas de algún gato montés, una de las joyas de nuestras montañas. Y hubiera sido la mejor sorpresa de todas haber dado con el rastro de uno de esos lobos divagantes que de vez en cuando visitan la sierra. Pero hay más mamíferos que se pudieran haber detectado en un espacio con esta rica biodiversidad: jabalíes, turones, ginetas o comadrejas. Otra vez será.





Tras varias horas buscando huellas dejo atrás los hayedos y los escasos cantos de zorzales charlos y trepadores azules, y me encamino a la Peña de Aro (1.133 m). Algo tienen estas cumbres que atraen a las aves de montaña: Xabi fotografió aquí este mismo invierno acentores alpinos y gorriones alpinos, también se han observado treparriscos, y ahora me encuentro con un pequeño bando de bisbitas alpinos soportando un viento gélido.


Bisbita alpino

Desciendo la montaña sin haberme encontrado con nadie en todo este tiempo, algo realmente infrecuente dada la alta masificación que últimamente soportan algunas de nuestras montañas: la cascada de Gujuli, el Salto del Nervión, Gorbea o la Sierra Salvada, es decir, aquellas mejor conservadas y de mayor belleza. Es curioso que las áreas de explotación forestal resultan auténticos agujeros negros en los mapas de las actividades recreativas (merenderos, pruebas deportivas, rutas señalizadas) de modo que no parecen existir, ni dichas áreas ni la problemática medioambiental que generan como es el creciente y preocupante cultivo del eucalipto. 


Pero por hoy vamos a quedarnos con el buen sabor de boca de haber disfrutado de una manaña de nieve en la Sierra Salvada y una tarde soleada por la sopeña.