martes, 19 de enero de 2021

Del níspero europeo al mango africano / Europear mizpiratik mango afrikarrera

Deigarria da gaur egun edozein fruta-dendan aurkitu daiteken fruitu tropikalen ugaritasun eta aniztasuna, auzo berean, herririk galduenean ere. Negua bezalako urteko hainbat sasoitan, fruituei eskainitako azaleraren zati handia betetzen dute, laranja, udare edo sagarrekin lehian.

Llama la atención la gran cantidad y variedad de frutas tropicales que nos podemos encontrar hoy día en cualquier frutería, en el mismo barrio, en el pueblo más apartado. Podría decirse que, en momentos del año como el invierno, ocupan buena parte de la superficie dedicada a la fruta, compitiendo con manzanas, peras o naranjas.

Mangos, papayas, kiwis, bananas, aguacates.

Duela ez hainbeste, fruitu tropikalak dastatzeko Brasilera, Kosta Ricara, Guineara edo Tailandiara bidaiatu beharra zegoen, non izen arrotzez deituriko fruitu exotiko horiek berez landu eta jaten ziren. Orain ordea ez. Fruitu horien aukera zabala dugu bertan: anana, koko, guaiaba, txirimoia, marakuia, ahuakate, kaki, litxi, pitaia, kunkan, alkejenje… Abenduko hilabete honetan ia hogei fruitu desberdin aurkitu izan ditugu dendetan.

Hasta no hace muchos años para poder comer frutas tropicales había que viajar hasta Brasil, Costa Rica, Guinea Ecuatorial o Tailandia, donde efectivamente se cultivaban y consumían frutas exóticas, cuyos nombres resultaban difíciles de pronunciar. Pero ahora ya no. Existe aquí una gran oferta de estas frutas: piña, coco, guayaba, chirimoya, maracuyá, aguacate, kaki, litchi, pitaya, kumquam, alquejenje y así hasta casi una veintena de frutas diferentes que hemos podido comprar en el mes de diciembre.

Kumquams, maracuya, litchis, pitayas, chirimoyas

Egia da horietako batzuk Malagako, Granadako edo Almeriako kostaldetik datozela, batzuetan are inguru hurbilagoetatik ere, Asturiasen edo Bizkaian landatutako kiwien kasu. Baina aldi berean hurbileko diruditen beste fruitu batzuk, uda eta udazken garaian kontsumitzen ditugun laranjak bezalakoak, Sudafrika edo Txile bezain urrun diren lekuetatik datoz. Inguratzen gaituen globalizazioaren beste adibide bat baino ez da fruitu tropikal horien eskaintza.

Es cierto que algunas de ellas proceden también de la costa malagueña, granadina y almeriense, incluso de lugares muchos más cercanos como los kiwis que se cultivan en Asturias o Bizkaia. Pero también es cierto que otras que podrían parecer de proximidad, como las naranjas que consumimos en los meses de verano y otoño, llegan desde lugares tan lejanos como Sudáfrica o Chile. Sencillamente, la oferta de frutas tropicales es un ejemplo más de la globalización en la que vivimos inmersos.

Huerta con ejemplar de kumquam. Amurrio

Gure mahaietara iristeko milaka kilometro bidaiatu behar dituzten fruitu tropikal eta beste elikagai askoren kontsumoari buruzko eztabaida ez da batere erraza. ¿Ez al da atmosfera kutsadura gehiagorik sorten elikagai askoren ekoizpenean garraioan baino? Erabili gabe galtzen den janari guzti horrek, zer nolako karbono aztarna suposatzen du? Zilegi da elikagai horiek sortzen dituzten herrialdeak “zigortzea” kasu askotan beraien CO2 ekoizpena gurea baino askoz txikiagoa denean?

El debate acerca del consumo de fruta tropical y de muchos otros alimentos que recorren miles de kilómetros hasta llegar a nuestras mesas no es nada sencillo ¿no existe mayor contaminación atmosférica en la producción de muchos alimentos que en su propio transporte?, ¿qué huella de carbono representan toda esa comida que no se aprovecha?, ¿es justo castigar a aquellos países que los producen cuando en muchos casos su producción de Co2 es mucho menor que la nuestra?

Nispero europeo. Amurrio.

Zalantzarik ez ordea gaur egun gizateriaren aurkako mehatxurik larriena aldaketa klimatikoa dela, jarraitzen dugula atmosferara CO2 kopuru izugarritan isurtzen, eta kolapsoaren hurbiltasuna bistakoa dela. Eta negazionismoa giza mailan eta zientifikoki hain gaizki ikusia izan arren, erosotasunak eta pasibotasunak kokatzen gaitu gainerakooi ekintza eremu berean: axolagabeki ezer egin gabe bizimodu berarekin jarraitzeko tenorean.

De lo que no cabe duda es que el cambio climático es la mayor amenaza hoy día para la humanidad, que seguimos constantemente enviando Co2 a la atmósfera en cantidades ingentes y que el rumbo de colisión es evidente. Y, aunque, el negacionismo se encuentre tan denostado tanto social como científicamente, la pasividad y la comodidad nos sitúa al resto exactamente en el mismo campo de acción: en el de continuar despreocupadamente con el mismo estilo de vida sin hacer nada.

Manzano en flor. Zuaza.

Gure etxeetara iristeko milaka kilometro egin behar dituzten elikagaien erosketak suposatzen duen zentzugabekeriaz jabetzeko, ondo legoke bertako produktuen eskaintzarekin eta egiten dugun beraien kontsumoarekin parekatzea. Fruituen kasua muturreko adibidea izango litzateke, fruitu tropikalak fruta-denda eta supermerkatuetan xarmanki erakusten diren bitartean, gure ingurunera egokitutako sagar eta udare barietateak mendeetan zehar baserri ondoetan landatu direnak hazi-bankuetan gordetzen dira. Hori landatzeari erabat utzi diren fruituak aipatu gabe, europear mizpira  (Mespilus germanica) edo gurbea (Sorbus domestica) bezalakoak.

Así que quizá para tomar una mayor conciencia del absurdo que supone la compra de alimentos que recorren miles de kilómetros hasta llegar a nuestras casas, sea compararlos con la oferta de nuestros productos locales y el consumo que hacemos de los mismos. El ejemplo de la fruta sería un caso extremo ya que mientras las frutas tropicales se exponen atractivamente en las fruterías, supermercados y tiendas de ultramarinos, las variedades de manzanas o peras adaptadas a nuestro entorno y que se han plantado junto a los caseríos durante siglos se guardan ahora en los bancos de semillas; y eso por no hablar de frutas que se han dejado completamente de cultivar como el níspero europeo (Mespilus germanica) o el zurbal (Sorbus domestica).

Cerezo en flor, entre Menoio y Oleta. Foto Patxi Urruela.

Hori horrela, argi dago gure bertako fruituek ez dutela eskari nahikorik, baina horrek beste kontinenteetako produktuen erosketarik ez du justifikatzen. Beste elikagai asko ditugu bertako jatorria dutenak, hala nola barazki, lekale, gazta, ogi, ezti, behi nahiz arkumeko haragi, marmelada, ardo, eta zergatik ez, baita fruituren bat ere, piku, sagar, udare edo aranak bezalakoak. “Zero kilometroko” produktu hauen kontsumoak gure herrietako bizitza mantentzen du, bertako populazioaren parte bati lanbidea emanez, sortutako produktuei balioa eta distira eskainiz, eta bere edertasun eta bio-aniztasun aberatsarengatik harrotzen gaituen paisai kulturala sortzen du.

A la vista de ello nuestra fruta no parece tener la suficiente demanda, pero tampoco debe ser motivo para que justifiquemos una compra de productos procedentes de otros continentes. Lo que sí tenemos son muchos otros alimentos de origen local, de proximidad, como verduras, legumbres, quesos, pan, miel, carnes de vacuno y cordero, mermeladas, vinos y, porqué no, también alguna fruta como higos, manzanas, peras o ciruelas. No olvidemos que el consumo de estos productos de kilómetro 0 ayuda a dar empleo a una parte de la población local, mantiene viva la vida de nuestros pueblos, confiere valor y distinción a los productos generados y crea un paisaje cultural del que nos sentimos orgullosos por su belleza y rica biodiversidad.

 

domingo, 10 de enero de 2021

El Salto del Nervión un día de temporal

Delika. Valle de Arrastaria

El sábado 2 de enero me dispuse a subir hasta la parte superior del Salto del Nervión desde el pueblo de Delika pasando por el pico Bagate, pero como no dejaba de nevar cambié de rumbo y me encaminé hacia  la parcelaria de Arrastaria. El Valle de Arrastaria y la Ciudad de Orduña se asientan sobre el Diapiro de Orduña, una estructura geológica que ha generado una orografía suave que permite cultivos agrícolas como maíz, alfalfa, vides de txakoli o encinas micorrizadas con trufa, aunque en sus prados también pastan ovejas o vacas. El paisaje se completa con pequeños núcleos rurales como el de Delika o Aloria, con el río Nervión atravesando todo el valle y con pequeños bosquetes de quejigos esparcidos por aquí y por allá. El fondo de este paisaje queda enmarcado por las hayas y los escarpes rocosos de la Sierra Salvada, el Monte Santiago y el Cañón de Delika.


Cumbres de Bedarbide e Iturrigorri

Este elevado mosaicismo ha creado una rica biodiversidad y en determinados momentos del año, como el paso migratorio postnupcial o durante los temporales de invierno muchas especies de aves encuentran refugio y alimento en estos campos. Así que recorrer estas pistas siempre depara sorpresas como aquella vez que Peru fotografió una hembra de sisón en el mes de noviembre. En esta ocasión los protagonistas fueron sin duda alguna los pinzones comunes, ya que se contaban a centenares, sobre todo alimentándose en los campos de alfalfa. Pero también abundaban los estorninos pintos, las cornejas negras, los bisbitas pratenses, los jilgueros, las tarabillas comunes o los gorriones comunes. Y presentes también, aunque en menor número, se podían ver otras aves habituales como mosquiteros comunes, chochines, petirrojos, mirlos, colirrojos tizones, urracas, zorzales comunes o escribanos soteños.

Estorninos pintos y bisbita pratense

Pinzón vulgar

Tarabilla común


Zorzal alirrojo

Las rapaces conocen bien esta abundancia de presas y siempre andan al acecho en sus posaderos favoritos: gavilanes, busardos y cernícalos. Fijándome en los chopos que crecen junto al Nervión descubrí una veintena de milanos reales posados en las ramas y supuse que se trataba de un predormidero, un lugar que eligen los milanos previamente a ocupar el dormidero definitivo donde permanecerán toda la noche; otros ejemplares se acercaban en vuelo, otros descansaban en postes…

Busardo ratonero

Cernícalo vulgar

Milanos reales

Además de estas aves, en lo prados se encontraban alimentándose una pareja de garzas reales, una cigüeña blanca que llegaba desde el Convento de Santa Clara, media docena de azulones, siete garcillas bueyeras y un bando de más de treinta avefrías. Ave ésta asociada a fuertes temporales, y acompañada en muchos casos de gaviotas y chorlitos dorados, aunque esta vez  no fue el caso.

Garcilla bueyera

Bando lejano de avefrías

Al día siguiente volví a dejar el coche en el mismo punto de Delika que la tarde anterior, y ante la previsión de buen tiempo me dirigí, esta vez sí, hacia el pico Bagate (724 m). Primero ascendí al barrio Erripatxu, cruce las vías del tren y tras pasar el Caserío Odia me desvié a mano izquierda para pasar junto a un pabellón ganadero y tomar la pista que me llevaría en poco más de una hora a la cima del Bagate.




Nos encontramos en la Zona de Especial Protección para las Aves de Sierra Salvada, una figura comprendida dentro de la Red Natural 2000 bajo la que se declaran ciertas áreas por su elevado interés ornitológico. Hoy no es el día más adecuado para observar aves aquí arriba, la capa de nieve es alta y tan sólo se observa algún que otro ejemplar de chova piquirroja, cuervo, zorzal charlo, paloma torcaz y, por supuesto, buitres leonados que se pegan al cantil para aprovechar el aire ascendente. Echo una ojeada de vez en cuando a las paredes rocosas con la esperanza de observar algún treparriscos, ave con numerosas observaciones en esta época, pero tampoco hay suerte.


De aquí hasta el Salto del Nervión tardo otra hora larga recorriendo todo el cordal. El Salto del Nervión es el mayor reclamo turístico de la zona por ser la cascada de mayor altura de toda la península Ibérica. En otra entrada en este mismo blog ya advertimos que los gestores de los espacios protegidos no deben olvidar el fin para el que se declararon, y que una afluencia de público tan masiva a este lugar puede llegar a perjudicar los objetivos de conservación. La principal ruta de acceso al Salto del Nervión es desde el aparcamiento del Monte Santiago, pero la afluencia desde Unzá o Delika, donde se ha señalizado la ruta y se ha construido un mirador, es cada día mayor, incluso días de nieve como hoy sorprende la cantidad de personas que llegan. La limitación de personas a los espacios naturales protegidos es una medida impopular, sin embargo es la manera de compatibilizar conservación y turismo. Las Islas Cies, la Reserva Integral de Muniellos o el Parque Natural de Grazalema son ejemplos de ello.


Gustavo

domingo, 3 de enero de 2021

LEHEN ELURRAK



LEHEN ELURRAK…

 

 
 

Aspaldiko garaietan bezala, elurrak zuritu ditu gainak eta bailara. Aiarako ibar ederra oraingoz ozta ozta estalita, urez puztutako belazeen berdea elurraren zuriari oraindik gailentzen zaio. Baina behin altuera apur bat hartuta, berunezko zeruaren azpian zuria da nagusi. Sugearen antzera, elurrak pinu gorrien eta erkametzen enborrak besarkatzen ditu, adartxo oro estaliz. Baso irekiaren enborren artean, Salbadako gainak ageri dira, bakarti eta isolatuak. Bertara igotzeko egokiera izango banu… 


Baina orain hemen nago, Eskoritas (642m) mendiaren magalean, lehen elurren opariaz gozatzen eta eskertzen, fondoko eskiekin aspaldiko partez. Pirineotara edo Nafarroara joateko aukerarik gabe, ezuste alaia izan da elurte hau. Nire azpian, bailarako landa paisai ederra, bioaniztasunean hain aberatsa, behe-lainoarekin jolasean ageri da, bere zelai, basotxo, heskai eta baserriak erakutsiz, baita zerrategi eta poligonoa. 


Tontortxo honetatik, Saratxo inguruko txikizioa ez da ikusten. Elurrak paisaia eraldatu egiten du, edertu, eta gure miseriak estali eta izkutatu. Saratxoko bariantearen obrak sortutako hondamendia bezala. Batzuen bizilekua den inguruneaz gain, guztien ondarea den paisaiaren suntsipen konponezina. Hau dek hau hipokresia, larrialdi klimatikoa aldarrikatzen duen agintari batzuen aldetik. 


Como en otros tiempos, la nieve ha blanqueado el valle y las alturas. La hermosa vega de Ayala apenas está nevada, el verde de los prados empapados de humedad todavía se impone sobre el manto níveo. Pero basta con ganar un poco de altura para que el blanco sea dueño y señor bajo un cielo de plomo. La nieve abraza los troncos de quejigos y pinos silvestres como si de una serpiente se tratara, cubriendo cada ramita. Entre los troncos del bosque aclarado, asoman las cimas de Salbada, solitarias y aisladas. Si lograra llegar hasta ellas…

Pero ahora estoy aquí, en las laderas del Eskoritas (642 m), disfrutando y agradeciendo el regalo de las primeras nieves con los esquís de fondo, como antaño. Sin la posibilidad de acercarse al Pirineo o a Navarra, esta nevada es una feliz sorpresa. A mis pies, la hermosa campiña del valle de Ayala, tan rica en biodiversidad, juega al escondite con la bruma, con su mosaico de prados, bosquetes, setos vivos y caseríos. También aparecen serrerías y el polígono industrial. 

 

Desde esta pequeña cima no se divisa la ruina del entorno de Saratxo. La nieve transfigura el paisaje, lo embellece, y oculta y disimula nuestras miserias. Como la destrucción irreparable ocasionada por las obras de la variante de Saratxo. Destrucción no solo de un enclave que es el hogar de algunos, sino de un paisaje que es patrimonio de todos. Vaya hipocresía por parte de unos líderes que a la vez proclaman la emergencia climática. 



Patxi Aiaratik