viernes, 31 de diciembre de 2021

¿Cuándo volveremos a ver olmos en Ayala?

Después de que la grafiosis se extendiera por toda Europa provocando una altísima mortandad en los olmos, apenas podemos encontrarnos algún que otro pie adulto superviviente en nuestra comarca. El ejemplar que mostramos en esta entrada se encuentra en el Reformatorio de Amurrio, así que cualquier persona puede acercarse fácilmente a contemplar uno de estos árboles no afectados por la enfermedad. Probablemente la razón de su supervivencia sea ese, el hecho de estar aislado, sin posible contagio con otros ejemplares próximos, aunque nunca se sabe y podría ser uno de los escasos individuos resistente a la grafiosis.


En realidad, la grafiosis se propago desde Asia en dos momentos del siglo XX, primero en la década de los 30 por el hongo Ophiostoma ulmi y después a principios de los 70 por otra especie de mayor virulencia llamada Ophiostoma novo-ulmi. Estos hongos bloquean el movimiento de la savia por los vasos del árbol y acaba produciéndoles la muerte. La transmisión de estos hongos de un árbol a otro se produce a través de coleópteros de la familia de los escolítidos que los portan cuando se alimentan en los olmos o cuando realizan la puesta en ellos.


Así que aquellos olmos que vivían en nuestras montañas y ríos también acabaron infectándose, secándose y muriendo. Aunque quizá la afección de la enfermedad fue más notoria en aquellas extensas olmedas que crecían en ciudades como Donosti o Vitoria donde con el paso de los años no quedaría ningún ejemplar sano. La toponimia ayalesa mantiene tímidamente el recuerdo de su presencia como es el caso de Los Olmos en Izoria.


Pero el regreso de los olmos a nuestros campos, pueblos y ciudades ya es posible desde hace unos años. Desde hace varias décadas existe el Programa Español de Conservación y Mejora de los Recursos Genéticos de los Olmos Ibéricos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que, junto con la Universidad Politécnica de Madrid, a través de la E.T.S de Ingenieros de Montes, ha ido recolectando olmos resistentes a la grafiosis y llevando a cabo cruzamientos controlados con el fin de generar genotipos resistentes. Estos ejemplares han sido autorizados por el Catálogo Nacional de Materiales de Base para la Producción de Material Forestal de Reproducción por lo que existe la posibilidad de adquirirlos y plantarlos con la seguridad de que no se vean infectados por la grafiosis.


Los medios de comunicación nos han ido haciendo llegar noticias en los últimos años sobre la adquisición de ejemplares resistentes por parte de ayuntamientos, asociaciones conservacionistas o por particulares con el fin de que los olmos vuelvan a dar sombra en pueblos y ciudades, o simplemente para que vuelvan a formar parte de nuestro paisaje y cumplan su función ecológica. Destaca también la asociación Zerynthia (Asociación Española para la Protección de las Mariposas y su Medio) que ha promovido iniciativas en lugares como Vitoria-Gasteiz o el Parque Natural de Valderejo para la plantación de estos olmos resistentes con el fin de recuperar las poblaciones de Satyrium w-album, una mariposa ligada a estos árboles.

¿Quién se anima a plantar olmos en Ayala?, ¿Ayuntamientos, juntas administrativas, grupos conservacionistas, asociaciones etnográficas? 


Después de varias décadas desde que llegase la grafiosis y se hayan destinado miles de euros a la recuperación del olmo el futuro es esperanzador, pero la globalización sigue favoreciendo la entrada de todo tipo de especies exóticas que pueden ser perjudiciales en algunos casos para nuestros árboles. Ahí está el lepidóptero Cydalima perspectalis que ataca los bojes, la avispilla del castaño (Dryocosmus kuriphilus), Trioza erytreae, un psílido de origen africano que afecta a los cítricos, etc, etc.