sábado, 1 de abril de 2023

2022, el año más cálido desde que se tienen registros

 

Desde que en enero de 2012 comenzó la andadura de este blog hemos hablado en numerosas ocasiones del cambio climático, unas veces para mostrar que los datos registrados en las estaciones meteorológicas de Euskalmet y Aemet situadas en nuestra comarca apuntan también a un aumento de las temperaturas y a un descenso del régimen de precipitaciones anuales desde que se tienen registros, otras veces para explicar cómo estas alteraciones están afectando a nuestro medio natural: a las especies de fauna y flora, al régimen hídrico de los ríos o a las explotaciones ganaderas. El año 2022 ha sido calificado como el más cálido de las series históricas, y también como un año muy seco desde el punto de vista de la pluviometría, por esta razón hemos creído conveniente publicar una entrada en el blog con los datos concretos del año pasado en nuestra comarca, especialmente sobre las precipitaciones, y acompañarlos con unas reflexiones sobre la tendencia de estos dos elementos del clima a lo largo del siglo.

Pinos silvestres secos en el entorno de Etxaurren

Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología, emitió un comunicado a principios de 2023 en el que calificaba el año 2022 como el más cálido de las series históricas, con un valor de temperatura media en Euskadi que alcanzaba los 1,8 °C por encima del promedio normal. Este comportamiento cálido había comenzado en mayo y alcanzado su punto máximo en otoño y, especialmente, en octubre cuando presentó una anomalía positiva histórica de 4ºC, la más alta observada. Según los datos de Euskalmet, las temperaturas medias del 2022 llegaron a rondar los 16-17 °C en el litoral y los 14-15 °C en los valles interiores de Bizkaia y Gipuzkoa, mientras que en la Llanada Alavesa se situaron en torno a los 13 °C, valores todos ellos claramente por encima del promedio del periodo normal 1981-2010.

Pozo en Kobata 2022.

Por otra parte, Aemet, la Agencia Estatal de Meteorología, consideró igualmente el año 2022 como el más cálido desde el comienzo de la serie en 1961 con una temperatura media sobre la España peninsular de 15,4 °C, 1,7 °C por encima de la media del periodo de referencia 1981-2010.

Las temperaturas máximas se registraron en el episodio histórico de calor entre los días 11 y 18 de julio cuando los termómetros llegaron a alcanzar 43’6º C en la estación de Gardea, 42’9º C en Saratxo, 42’4º C en Orozko y 43º C en Amurrio. Y eso que las 16 heladas que cayeron en enero (una de ellas bajó hasta los -6ºC) parecían anunciar un año frío.

Temperatura media anual Amurrio (1956-2015)


Vayamos ahora a los datos sobre la precipitación. Euskalmet calificó 2022 como un año muy seco en general para todo el País Vasco. Dentro de este territorio, hubo áreas como el litoral oriental donde se registraron cantidades de lluvia similares a la media, mientras que en otras como la Llanada Alavesa el número de litros fue inusualmente bajo para los valores de media por lo que se consideró el año como extremadamente seco en dicha comarca, el más seco desde que se tienen registros. Los valores más altos de precipitación, como es habitual, se registraron en el nordeste de Gipuzkoa (Eskas 2237 l/m²; Añarbe 1655 l/m²), mientras que los más bajos correspondieron a puntos del sur de Álava (Moreda 215 l/m²), y con valores intermedios en el resto (Arrasate 809 l/m²; Derio 796 l/m²).

El informe de Aemet apuntaba en la misma línea: la precipitación acumulada en 2022 fue inferior al valor normal en prácticamente toda la península, pero en determinados puntos de la cornisa cantábrica y sur del País Vasco fue inferior al 75%.




La estación meteorológica de Amurrio recogió 784 litros durante 2022, una cifra bastante baja para lo que suele ser lo habitual en esta localidad. La estación meteorológica de Amurrio (perteneciente a la Agencia Estatal de Meteorología en Euskadi) lleva registrando datos de manera continua desde mayo de 1955, la tercera estación más antigua de Euskadi con registro continuo de datos por detrás de Igeldo (1928) y Sondika (1947). Hay que reconocer este esfuerzo primeramente a Pedro Albizua y a Fernando Arregui, y a partir de 2016 a José Luis Albizua que tomó el relevo de la toma de datos de esta estación y a quien le agradecemos los datos que nos ha aportado para esta entrada en el blog.

Litros recogidos en Amurrio durante 2022

A continuación, mostramos una tabla con la cantidad de litros acumulados por años en Amurrio desde 1956 donde se aprecia que el año 2022, aun no siendo el más seco desde que se tienen registros, se encuentra entre los cinco años con datos inferiores a los 800 litros. En 2022 sólo tres meses llovió por encima de los 100 litros, enero con 110 l, abril con 238 l y noviembre con 109 l, siendo el 29 de abril el día más lluvioso del año cuando cayeron 119 litros. Mayo y octubre, que suelen ser meses lluviosos, únicamente se recogieron 9,2 l y 4,9 l respectivamente , aunque el mes más seco fue julio con 3,3 l.

Precipitación anual Amurrio (1956-2022)


Fueron muchos los efectos adversos de esta combinación de calor extremo y sequía en la Comarca Cantábrico Alavesa. En una entrada en este mismo blog que realizamos en julio del año pasado sobre la mariposa Parnassius apollo comparábamos la sequedad de los pastos con los paisajes castellanos de cereal cosechados y mostrábamos fotos con tramos del río Nervión completamente secos. Hacia el mes de julio fue evidente el secado prematuro de quejigos en zonas de suelo escaso, estrategia de esta especie para soslayar la sequedad del suelo, y ya entrado el otoño se produjo la muerte de numerosos árboles y especialmente pinos silvestres. Los ganaderos sufrieron especialmente la sequía y tuvieron que aportar alimento al ganado en régimen extensivo; al igual que los apicultores que vieron con impotencia cómo se morían las colmenas ya que la falta de humedad provocó una disminución de néctar disponible para muchas de las especies de flora usadas por los polinizadores.

Rio Nervión a su paso por Orduña. 2022
Es cierto que son datos referidos a un solo año y, además, aún se discute si los 150 millones de toneladas de vapor de agua lanzadas a la atmósfera por la erupción del volcán submarino Hunga Tonga el 15 de enero de 2022 fueron la causa de las elevadas temperaturas que se registraron en Europa y otras partes del mundo ese año.

Erupción del volcan Hunga Tonga

Pero no nos engañemos, todos los escenarios sobre el cambio climático apuntan en la misma dirección. Por ejemplo, la Guía de escenarios regionalizados de cambio climático sobre España a partir de los resultados del IPCC-AR5 (2017) recoge para el periodo 2081-2100 un aumento de la temperatura máxima que podría variar entre los 2º C-6º C en función de los escenarios más o menos emisivos; y en cuanto a las precipitaciones se espera una disminución con valores relativos a los del periodo de referencia (1961-1990) entre un 16% y un 4%. En definitiva, los datos de 2022 que hoy representan una anomalía y nos generan alarma, a medida que avance el siglo podrían convertirse en valores normales.



Los datos de la estación meteorológica de Amurrio muestran un aumento de las temperaturas desde que se tienen registros como se observa en el gráfico mostrado anteriormente, y un descenso de las precipitaciones que queda patente en el incremento de años que llueve por debajo de los mil litros.

Quejigos secos en la cumbre del Eskoritas

Nos queda la esperanza de que alcancemos los objetivos del Acuerdo de París por el cual 196 países se comprometieron en 2015 a tomar medidas para que la temperatura del planeta no superase 1’5ºC respecto a los niveles preindustriales (periodo que va de 1850 a 1900), de ninguna manera alcanzar los 2ºC, y de esta manera evitar los impactos más negativos del cambio climático. Pero ya sabemos que el papel lo aguanta todo, aunque sea un acuerdo jurídicamente vinculante. En el mes de marzo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) nos ha exhortado una vez más para que tomemos medidas con carácter de urgencia. Seguimos aportando ingentes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera y a día de hoy estamos rozando ya 1’2ºC respecto a los niveles preindustriales según la Organización de Meteorología Mundial.

La Unión Europea ya está tomando medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incidiendo en aquellos sectores que más están contribuyendo a ello como la producción energética o el transporte: el Parlamento Europeo ha aprobado que en 2030 el 42,5% del consumo final de energía debe proceder de energías renovables o que en 2035 dejarán de venderse vehículos diésel y gasolina.

Pinos silvestres secos en el entorno de Etxaurren


Desde  luego que todas estas políticas son encomiables, pero no nos dejemos deslumbrar por términos como transición energética, era pospetróleo, sostenibilidad, energía verde o descarbonización. Detrás de ellos se esconden retos no menos urgentes a los que tenemos que hacer frente igualmente ¿de dónde extraeremos el mineral para satisfacer la demanda creciente de recursos de ocho mil millones de personas?¿nos estamos acercando a Thanatia, es decir, a un mundo donde se han extraído, procesado y utilizado todos los depósitos minerales?¿cuándo dejaremos de externalizar los países ricos los impactos medio ambientales a los países menos desarrollados?...