sábado, 20 de junio de 2020

Nuestras recetas de fauna silvestre



Desde que se difundiera que el origen de la pandemia de SARS-Covid-2  se encontraba posiblemente en la ciudad china de Wuhan (Hubei), concretamente en el llamado Mercado Mayorista de Mariscos del Sur de China, donde efectivamente se vendía marisco, pero también numerosas especies de fauna silvestre, hemos recibido un bombardeo de imágenes por parte de los medios de comunicación de cómo llegaban estos animales a éste y a otros mercados similares en Asia, cómo eran troceados, preparados y puestos a la venta para el consumo humano.
Las imágenes emitidas, los comentarios que acompañaban a las mismas e incluso las entrevistas realizadas a las personas que degustaban estos manjares estaban dirigidos a escandalizar al público y a generar la opinión de que estas prácticas eran aberrantes y arcaicas para una sociedad desarrollada como la europea. Pero curiosamente el rechazo que debían producirnos estos mensajes no parecía proceder de las medidas higiénicas existentes en estos mercados húmedos, o de las consecuencias para la biodiversidad del lugar, sino más bien de los prejuicios en cuanto a las especies de animales consumidas: murciélagos, grandes saltamontes, serpientes, etc.


Hemos olvidado, o quizá hemos querido olvidar, que aquí hasta hace no mucho tiempo hemos hecho exactamente lo mismo, aunque la comparación resulta difícil por la gran variedad de especies de fauna existente en las regiones templadas y tropicales y la enorme densidad humana de estos lugares, pero el hecho es el mismo: la fauna silvestre del lugar forma parte de la gastronomía local. Para mostrarlo hemos recogido algunas de las recetas empleadas por nuestros mayores, aunque debemos apuntar que los ingredientes utilizados aquí también han sido más escasos que en dichas regiones, en proporción a los productos que ofrecía la tierra: las patatas, las cebollas, el tocino o el tomate han sido sin duda los ingredientes más recurrentes a la hora de acompañar a los guisos de fauna cantábrica.

Rata de agua. Salburua.
El dicho de Ave que vuela a la cazuela se ajustaría perfectamente al consumo que se hacía de las aves. Desde luego que perdices, codornices, sordas, patos o palomas eran las aves más apreciadas por su cantidad de carne y su sabor, pero no se desdeñaban las abundantes malvices que llegaban todos los inviernos, los tordos y, por supuesto, la multitud de pequeños pájaros que se desplumaban, se limpiaban y se freían: los pajaritos fritos, plato que se ofrecía también en algunos restaurantes de la ciudades.

Paloma torcaz
También debería existir un dicho similar para los peces porque se pescaban y comían todas las especies existentes: truchas, barbos, loinas, bermejuelas o anguilas. Esta especie fue muy apreciada, todavía hay quien recuerda las anguilas con tomate que ponía un conocido restaurante del centro de Amurrio, aunque hay quien prefería trocearlas y guardarlas en una orza con vinagre antes de consumirlas tiempo después como un encurtido. Las loinas y bermejuelas, cuando todavía eran de pequeño tamaño, se cocinaban como si fuese un revuelto de angulas, únicamente se limpiaban, se añadía un poco de ajo y para adentro.

Anguila. Artziniega
En cuanto a los mamíferos siempre han gozado de buena reputación culinaria, sobre todo los de gran tamaño como corzos, jabalíes, ciervos o liebres, de donde se puede extraer una buena cantidad de carne y un sinfín de guisos y embutidos, pero sin rechazar otras especies más pequeñas. Las ardillas han sido uno de estos casos, una manera habitual de cocinarla era acompañarla con arroz, a veces previamente conservada en salazón un tiempo. Otro animal muy apreciado en las cocinas ayalesas era la rata de agua, tristemente extinguida tras la contaminación de los ríos. El erizo tampoco se desdeñaba, hay todavía quien recuerda la piel desechada de un erizo en la cocina de casa, o cuando Vicente te daba dos pichones si le traías un erizo que lo guisaba con unas patatas y cebolla.

Ardilla.
De los anfibios ya sabemos que el plato estrella ha sido el de las ancas de rana. Algunos vecinos de Orduña subían regularmente a las charcas de Bigandi y Zanpazu para coger los ejemplares más grandes de rana común para después cocinar sus ancas, con un rebozado de harina y huevo. El resto de anfibios no son de tamaño tan grande como la rana, resultan mucho más difíciles de encontrar y en algún caso como el sapo común su piel es tóxica, es decir, es un grupo faunístico poco atractivo para el consumo.

Rana común.
Y si hablamos de invertebrados es cierto que aquí no se ha consumido ningún insecto ni nada parecido, pero sí cangrejos y caracoles. La costumbre de comer cangrejos ha estado muy arraigada y se mantenía en secreto los arroyos donde vivían, de manera similar a lo que ocurre con los perretxikales. Respecto a los caracoles aún se mantiene la tradición en Álava de comerlos el día de su patrón San Prudencio ¡qué buenos los preparaba Maiteder hasta hace poco en el bar de Garrastatxu!

Algunos artículos periodísticos subrayan el hecho de que en estos mercados se consume todo tipo de animales. Como hemos visto hasta ahora, aquí hacíamos lo mismo y si no formaba parte de nuestro menú era por otras razones. Excepto en alguna ocasión como aquel de Baranbio que se comió un raposo, los carnívoros no han servido de alimento, pero es que la venta de su piel siempre ha estado muy bien pagada y el comprador solía pedir el ejemplar entero para trabajar bien la piel. De las culebras ya nos podemos imaginar que se pensaba y aún se sigue pensando que como todas ellas tienen veneno lo mejor es matarlas y apartarlas del camino. Las aves rapaces tampoco han estado en los menús caseros, pero  a ver quién se comía una de ellas con el veneno que se movía por el campo…aunque ya conocemos un caso de uno que se preparó una buena sopa con la lechuza que dormía en el campanario.

Murcièlago hortelano. Amurrio
Y volvemos al principio, los murciélagos. Nunca han estado en nuestros platos, pero es que han sido unos animales muy enigmáticos como para atreverse a comerlos: aún hay quien pregunta si ponen huevos o si hay más de una especie de murciélago, si chupan sangre o comen fruta.
Hasta aquí una parte de nuestra gastronomía tradicional. Sin palabras en francés, esferificaciones o elegantes emplatados, eso sí con productos de kilómetro 0, de nuestro entorno, con el sabor de nuestra tierra.

Gustavo

domingo, 14 de junio de 2020

Okiletxea, hide para la observación y fotografiado de fauna en Gordexola / Okiletxea, fauna behatzeko eta argazkiak ateratzeko hide-a Gordexolan.

Camachuelo
Azken urteotan fauna behatzeko eta fotografiatzeko turismoa garapen handia jasotzen ari da. Eskeintza gero eta zabalagoa da, eta naturazaleek entrepresa eta ekimen hauen bitartez aukera izaten dute bestela oso nekeza egingo zitzaizkien fauna espezieak ikusteko eta argazkietan jasotzeko, beren etxebizitzaren urruntasunagatik eta lokalizatzeko zailtasunagatik.
En los últimos años el turismo para observar y fotografiar fauna ha experimentando un gran desarrollo. Las ofertas son cada vez más amplias y los amantes de la naturaleza tienen la posibilidad a través de estas empresas e iniciativas de poder observar y fotografiar especies de fauna que de otra manera les sería muy difícil por lo lejanas que se encuentran de sus lugares de residencia y lo costoso de localizarlas.
Pico picapinos
Eskeintza zabala da beraz, kalitate handikoa eta nahierara: hartzak, otso eta basakatuak Kantauriar Mendikatean, katamotz eta eguzki arranoa Andujarko mendietan, ugatza eta sai motza Piriniotan, izurde eta baleak Kantauriar itsasoan, Basoilo ea basoilo handi sekale-estepetan, etabar.
La oferta es muy amplia, de gran calidad y a gusto del consumidor: osos, lobos y gatos monteses en la Cordillera Cantábrica, linces y águilas imperiales en la Sierra de Andujar, quebrantahuesos y buitres negros en Pirineos, delfines y ballenas en el mar Cantábrico, avutardas y sisones en las estepas cerealistas y un largo etcétera.
Ardilla
Hementxe ondo-ondoan, Gordexolan, Egoitz Llanok hiru pertsonetarako lekua duen behatoki bat eraiki berri du, nagusiki baso-hegaztiak behatu eta argazkietan jasotzeko, hala nola gailupa, txano-amilotxa, garrapoa, okila eta baita aztorea ere, tarteka agertzen dena.
Aquí cerquita, en Gordexola, Egoitz Llano ha construido un observatorio con capacidad para tres personas desde el que poder observar y fotografiar aves, fundamentalmente forestales como el camachuelo, el herrerillo capuchino, el trepador azul, el pico picapinos e, incluso, el azor visita el lugar de vez en cuando.
Malviz
Hegaztiez gain, beste ornodun batzuk hurbildu egiten dira ere edateko edo besterik gabe kuxkuxean ibiltzeko: orkatza, basurde, azeri, azkonar, lepahori, kattagorri, basasaguak…
Además de las aves también se acercan a beber y merodean por el lugar otros vertebrados como corzos, jabalíes, zorros, tejones, garduñas, ardillas o ratones de campo.
Matxintxu
Eta inor ez Egoitz baino trebeago gure ingurunea eta bere natur balioak ezagutarazteko, haien babeserako kontzientzia esnatzearekin batera.
Pero sobre todo nadie mejor que Egoitz para descubrir nuestro entorno y sus valores naturales a la vez que concienciarnos para su conservación.

Okiletxea. Txabarri auzoa/ Barrio Txabarri. 48192 Gordexola (Bizkaia). Teléfono de contacto 637 034 837
Okiletxea. Txabarri auzoa/ Barrio Txabarri. 48192 Gordexola (Bizkaia). Harremanetarako telefonoa 637 034 837

jueves, 4 de junio de 2020

HARRIBITXI IZKUTUAK: ITZALPEETAKO ORKIDEAK







HARRIBITXI IZKUTUAK: ITZALPEETAKO ORKIDEAK



Basoaren itzalpean
Cephalanthera damasonium
Errepide ertzetako eta zelaietako orkideak detektatzeko errazak izan daitezke begirada zailduarentzat, eremu eta sasoi egokietan agertu ezkero. Badira ordea beste espezie batzuk askoz lotsatiagoak, konfidentzialagoak. Bizi diren inguruneagatik ikusteko zailagoak, eta izatez urriagoak, niri behintzat nahiko kostatu egiten zait ikuskatzea! Horregatik, halako zirrara berezi batek betetzen nau harribitxi izkutu horietako batekin tupust egiten dudan bakoitzean. Itzalpeko orkideak dira.

Cephalanthera damasonium


Salbadako magaletako pagadien itzalpean, han-hemenka agertu daiteke Cephalanthera damasonium izeneko orkidea, lore zurixka-horixkakoa. Kantauri isurialdean oso arraroa omen den espezie hau sekula ez da talde ugaritan agertzen, ale bakan batzuk baino ez. Nekez ikusiko ditugu bere loreak erabat zabalik, bere burua polinizatzeko gaitasuna bait dauka, baita lorea itxita egonda ere. Begirada erne beharko dugu Cephalanthera damasonium ederra bezain urria aurkitzeko, beraz, maitzaren erdian pagadietatik gabiltzanean.

Cephalanthera
Neottia nidus-avis
Antzeko zerbait esan genezake Neottia nidus-avis espezieari buruz. Pagadietako eremu ilun hauetan are zailagoa izan daiteke antzematea klorofilarik ez duelako. Neottia nidus-avis landare saprofitoa da, lurzoruan usteltzen doan orbel eta materia organikoaz elikatzen dena, fotosintesirik egin gabe. Bere burua nabarmentzea ez zaio gustatzen antza, eta ondorioz landare osoa, loreak barne, gris-arre kriptiko batez janzten da, landareek izan ohi duten berdearen izpirik gabe. Orkidea aparta beraz, bere urritasunagatik eta bizimoduagatik, ikusgarritasunagatik ez bada.

Neottia, lorearen xehetasuna.
Limodorum abortivum
Itzalpeetan bizi diren espezie berezi hauekin amaitzeko, pagadiak utzi eta artadi-erkameztietara pasako gara. Zorte apur batez (edo anitzez, espezie hau ere oso urria baita) Limodorum abortivum aurkitu genezake. Besteak ez bezala, ordea, orkidea hau oso ikusgarria da, eskama itxurako hosto, zurtoin eta loreak more eder batez apaindurik. Berriz ere landare saprofito baten aurrean gaude, klorofilarik gabekoa. Are gehiago, arteen sustraiak parasitatu omen ditzake antza.

Limodorum abortivum, loreak
Limodurum, zurtoinaren xehetasuna
Hiru orkidea espezie hauek oso arraro eta bakanak dira, Aiarako paisaiek gordetzen duten beste bioaniztasunaren altxor bat. Gune gutxi batzuetan baino ez dira ageri, eta ale gutxi baino ez. Akuilu gehiagarria harribitxi izkutu hauen  bila abiatzeko, bere salbuespenezko edertasunaz gozatzeko, eta babesteko. 
 
Eskerrak Gorettiri, Limodorum-en gordelekua erakusteagatik!


Cephalanthera damasonium
Joyas ocultas: las orquídeas de la penumbra.

Las orquídeas de cunetas y prados pueden ser fáciles de detectar para la mirada entrenada, si uno aparece en el lugar y el momento adecuado. Existen sin embargo otras especies más tímidas, casi confidenciales. Difíciles de ver por el entorno en que viven, y por ser más escasas, ¡a mí al menos bastante me cuesta localizarlas! Por eso, cada vez que me encuentro con una de estas joyas ocultas siento que me embarga una emoción especial. Son las orquídeas de la penumbra.

Cephalanthera damasonium
En las laderas de Sierra Salbada, a la sombra del hayal, aquí y allá aparece Cephalanthera damasonium, orquídea de flores color blanco-amarillentas. Esta especie, escasa y muy rara al parecer en la vertiente cantábrica, nunca aparece en grandes grupos, solo unos pocos pies cada vez. Es difícil verla con sus flores totalmente abiertas, de hecho es capaz de autopolinizarse incluso antes de abrir las flores. Así que para detectar a  Cephalanthera damasonium, cuando recorramos por mayo los hayedos tendremos que tener los ojos bien abiertos.
Cephalanthera damasonium

Lo mismo podríamos decir de la especie Neottia nidus-avis. Localizarla en la penumbra del hayedo puede ser incluso más difícil pues no tiene clorofila. Neottia nidus-avis es una planta saprófita, que se alimenta de la hojarasca y demás materia orgánica que va descomponiédose en el suelo, sin realizar la fotosíntesis. Vamos, que no le gusta destacar, y por eso se viste toda de un color gris-pardo críptico, flores incluídas, sin rastro del verde que acostumbrar a mostrar las plantas. Una orquídea extraordinaria por su rareza y su forma de vida, si no lo es por su vistosidad.

Neottia nidus-avis
Para terminar con estas especies de la penumbra, abandonaremos el hayedo y nos dirigiremos al encinar-quejigal. Con un poco de suerte (o mucha, pues esta especie también es muy escasa) podríamos encontrarnos con Limodorum abortivum. Pero al contrario que las otras, esta orquídea es muy vistosa, con su tallo, sus hojas reducidas a escamas y sus flores adornadas con un bello tono violáceo. De nuevo estamos ante una especie saprófita, sin clorofila. Es más, parece ser que es capaz de parasitar las raíces de las encinas.
Limodorum abortivum

Estas tres especies de orquídeas son muy raras y escasas, otro de los tesoros de biodiversidad que esconden los paisajes de Ayala. Solo aparecen en unas pocas localidades, y apenas unas pocas. Mayor estímulo para partir en busca de estas joyas ocultas, para disfrutar de su belleza excepcional, y protegerla.

¡Gracias, Goretti, por enseñarme el escondrijo de Limodorum!



 Patxi Aiaratik

Toma faltsuak:


Orkideazaleren laguna: kaparra! La garrapata, amiga del aficionado a las orquídeas!