lunes, 15 de febrero de 2021

Mantis palo (Empusa pennata) en Menagarai


A mediados de este mes Luis Zaballa y su mujer Virginia, vecinos de Menagarai (Ayala), nos enviaron el siguiente vídeo y varias fotografías realizadas en las proximidades de su casa de un insecto muy peculiar que les resultaba totalmente desconocido. Tampoco nosotros estábamos muy seguros de saber exactamente qué especie era ya que nunca lo habíamos visto por la zona, pero tras algunas consultas pudimos identificarlo como una hembra de mantis palo (Empusa pennata.).




La bibliografía consultada nos dice que se distribuye por toda la península Ibérica y el litoral continental mediterráneo del norte de África, Italia y Francia, es decir, en torno a la región mediterránea occidental. Por lo tanto, esta cita de Menagarai queda dentro de su distribución geográfica posible, aunque ni las temperaturas ni el paisaje de campiña cantábrica que caracterizan a Ayala serían los más idóneos para una especie de carácter termófilo que vive preferentemente en áreas de escasa vegetación y herbazales de zonas cálidas y áridas. Por esta razón resulta habitual en las áreas meridionales de Álava y es más desconocida en el entorno eurosiberiano que comprende nuestra comarca.

Citas de mantis palo en la península Ibérica extraídas de la página de Biodiversidad virtual

Para nosotros lo normal es observar a su pariente la mantis religiosa. Su morfología y sus movimientos ya nos indican su parentesco, sin embargo, la mantis palo posee unas protuberancias en la cabeza a modo de cuernos y un abdomen pequeño y curvo que le hacen inconfundible. Debido a su aspecto en algunos lugares se le conoce como diablillo y el propio término en latín de empusa le relaciona con el mundo de los infiernos de la cultura clásica, pero es totalmente inofensivo. Se alimenta de multitud de artrópodos que captura mediante un rápido movimiento de sus extremidades anteriores dotadas de una serie de espinas que dificultan que la presa pueda escapar.



La razón de que veamos ninfas de esta especie en pleno invierno se debe a que las hembras depositan los huevos a finales de verano o principios de otoño y eclosionan tan sólo un mes después: concretamente serán 30 las ninfas que nazcan de cada ooteca. Y para poder sobrevivir a los momentos más fríos del invierno las mantis palo pueden entrar en estado diapausa resguardándose bajo piedras o entre la vegetación, y en cuanto aumentan las temperaturas retoman la actividad. Tras seis mudas alcanzan la madurez sexual en el mes de junio y ya están listos para la reproducción.