viernes, 5 de septiembre de 2025

¿Cuándo llegará el oso pardo a la Sierra Salvada?

 


En el año 2010 la consejería de Medio Ambiente de Castilla y León informó que se había detectado un oso pardo (Ursus arctos) merodeando por las montañas del norte de Burgos: era la primera vez que se detectaba un oso en esta provincia desde las últimas noticias de su presencia histórica a comienzos del siglo pasado. Ya entonces se hablaba de una expansión de la especie tras décadas de trabajo para recuperar su población en la Cordillera Cantábrica, aunque en este primer momento, y fruto de la incredulidad, parecía una incursión puntual, un hecho anecdótico.

Oso pardo en la Cordillera Cantábrica

El tiempo ha confirmado esta expansión. Después de aquel año se han ido repetido varias observaciones de osos en el norte de Burgos, en la comarca de las Merindades. Este mismo verano los medios de comunicación han informado de daños producidos por osos en colmenares de Sotoscueva.


La población de oso pardo en la Cordillera Cantábrica pasó por momentos muy críticos cuando se estimaron unos 50-60 ejemplares en la década de los noventa del siglo pasado, pero gracias al esfuerzo de asociaciones ecologistas y de las administraciones competentes su población comenzó lentamente a crecer hasta alcanzar en la actualidad alrededor de 400 ejemplares: 250 en la población occidental y 150 en la población oriental. De manera paralela a este crecimiento de población se ha producido una expansión del territorio ocupado que llega hoy a 8.600 km2.

          
    

A raíz de esta expansión del oso pardo hacia el este, el Fapas (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes) indicó en una publicación de su página web en abril de este año (Caminando con los osos hacia el este ibérico) que desde el lugar donde se han producido los avistamientos de osos en Espinosa de los Monteros hasta el País Vasco sólo hay 30 kilómetros y con “un hábitat de excelente calidad” para el oso por lo que la presencia de esta especie en territorio vasco “podría ocurrir con muchas probabilidades en los próximos años”.

Excremento oso pardo en la Cordillera Cantábrica

Es probable que el oso recale primeramente en el municipio vizcaíno de Karranza por su proximidad con las zonas donde se están observando osos en las Merindades, pero el oso tampoco se encuentra muy distante la Sierra Salvada, y aquí hay también un excelente corredor a través de la Sierra de la Magdalena y Montes de la Peña.

Falanges de os en cueva de los Montes de la Peña (Valle de Mena)

En otra entrada en este blog ya hablamos de lo difícil que era precisar con exactitud cuando se extinguió el oso pardo en nuestra comarca. Los libros de cuentas de los concejos alaveses recogen con bastante asiduidad hasta finales del siglo XVII las recompensas que se entregaban por osos cazados. Y también tenemos otros documentos del mismo siglo en los que habla directamente de los osos que habitaban en la Sierra Salvada, qué daños causaban y cómo se les cazaba.

Cráneo de oso pardo hallado en la Sierra Salvada


A partir del siglo XVIII las recompensas por la caza de estos animales se registran sólo en contadas ocasiones y  se empieza a tener conciencia de que los osos que quedan son los últimos ejemplares, como el que se abatió en el Macizo del Gorbea en 1818. En esta ocasión, cinco ayuntamientos, entre los que se encontraba Lezama, recompensan al cazador con 6oo reales cada uno por matar el último oso de esta montaña.

Oso pardo hallado en Gorbea. Museo de Ciencias Naturales de Álava

Las cuevas que existen en la Sierra Salvada dan testimonio de la presencia de este animal a través de las numerosas  yacijas dejadas por el oso durante su hibernación, los arañazos en las paredes para afilar sus uñas o los mismos huesos de ejemplares que encontraron su muerte al precipitarse por una sima.