miércoles, 16 de agosto de 2023

Barbie Galarraga

 

La muñeca Barbie, toda ella de rosa, con sus vestidos y complementos rosas, vuelve pisando fuerte; la nueva Barbie, dicen que se reivindica feminista e independiente. Quizá siempre lo fue y no lo vimos. “No soy una mujer objeto, lo llevo diciendo mucho tiempo y no lo veis…”

 


También el monte Galarraga se viste de rosa este verano de 2023, y otros anteriores. Nos lleva tiempo diciendo, “¡no soy una montaña objeto!”, como la Barbie.

¡No quiero en mis faldas aerogeneradores, ni más pistas, ni más torres de alta tensión!

Galarraga desde Kiputxeta (Okondo)



Brezales de Ericas en la zona alta del monte Galarraga


Brezales de Erica cinerea y Erica vagans


El Plan Sectorial de Energías Renovables del Gobierno Vasco identifica el cordal Galarraga-Pagero-Ganekogorta como un lugar prioritario donde implantar parques eólicos. También el cordal Kamaraka-Goikogane entre Laudio y Arrankudiaga (líneas rojas) 


Nueva torre de alta tensión de la línea eléctrica Güeñes-Itxaso en la falta vizcaína del monte Galarraga




viernes, 11 de agosto de 2023

Visita guiada a la quinta campaña arqueológica en el monte Babio

 

El sábado 5 de agosto subimos un año más al monte Babio para asistir a la visita guiada que organizaba la Sociedad de Ciencias Aranzadi para mostrar los avances en la excavación del yacimiento arqueológico situado en el monte Babio, una excavación cuyo coste corre a cargo del Ayuntamiento de Ayala en colaboración con la junta administrativa de Izoria y dirigida precisamente por uno de sus vecinos, Jon Obaldia.


Se trata de la quinta campaña de excavación en el monte Babio de un poblado de la Primera Edad del Hierro (siglo VIII a. C, aunque también hay indicios de población de la Edad de Bronce) con dos murallas concéntricas: una de casi 250 metros y la segunda de 600 m, abarcando todo el conjunto 10 hectáreas. La visita guiada permitió conocer los resultados de las excavaciones realizadas en ambas murallas: en la situada más próxima a la cima se intentaba localizar el acceso al poblado, mientras que en la otra se excavó a uno y otro lado para estudiar el material y tipo de construcción. Una de las conclusiones a las que se ha llegado estudiando los muros es que el abandono del poblado no fue debido a un acontecimiento bélico, más bien parece una salida ordenada y pacífica quizá motivada por un descenso generalizado de las temperaturas que dificultño el cultivo agrícola en altura durante un periodo de tiempo largo.



En los sondeos realizados dentro de este perímetro han aparecido viviendas, de modo que se piensa que la población pudo ocupar diferentes puntos del valle, pero también hubo quienes vivieron en el interior de las murallas. El material que se ha encontrado nos informa que cultivaron cereales y criaron animales como las cabras para elaborar queso. En cuanto a la necrópolis aún no se ha podido localizar.

Cerámica hallada en la excavación
La visita finalizó con un estupendo hamaiketako ofrecido por la Junta Administrativa de Izoria.



miércoles, 2 de agosto de 2023

Cientos de pinos silvestres de la Cuadrilla de Ayala se secan por la sequía de 2022

 

Estremece ver tantos pinos silvestres (Pinus sylvestris) secos al sur de la Cuadrilla de Ayala, fundamentalmente concentrados en la zona de la sopeña. No se trata de los efectos de una plaga como fue el caso del hongo Mycrosphaerella dearnessii, también conocido como banda marrón, que afectó a los pinos de Monterrey en 2018, esta vez ha sido la combinación de la escasa precipitación y de las altas temperaturas registradas a lo largo de 2022 la que ha acabado matando los árboles.

Pinos silvestres secos en el pantano de Maroño

En abril de este mismo año publicamos una entrada en este blog sobre las altas temperaturas registradas a lo largo de 2022 que le convertían en el año más cálido desde que se tenían registros, y a estas altas temperaturas se sumó una precipitación por debajo de los 800 mm, lo que provocó, entre otros efectos que mencionamos en aquel texto, la muerte de cientos de pinos silvestres en nuestra comarca. Recorriendo la zona podemos observar esos rodales de color marrón que indican la muerte de los pinos.

Pinos silvestres secos. Entorno ermita de Extaurren

El pino silvestre se distribuye desde Manchuria a Escocia y de Sierra Nevada a Escandinavia, es el árbol de área más extensa de Europa. Dentro de la península Ibérica comprende tres núcleos principales: Pirenaico, Central e Ibérico con un apéndice meridional y otro septentrional que llega a los montes vasco-cantábricos. Concretamente en el País Vasco ocupa una extensión de unas 17.000 Ha. Por sus requerimientos climáticos se considera una especie típica del piso montano luminoso, adaptada al clima frío o templado frío.

Distribución del pinos silvestre en el País Vasco


En nuestra comarca el pino silvestre crece en la zona meridional de suelos calizos, en el piso montano, formando bosques mixtos con quejigos (Quercus faginea). Es el paisaje de los pueblos de la sopeña ayalesa como Salmantón o Menoio y sus cimas de Babio, Peregaña o Eskoritas. Es posible que el pino silvestre haya ido aumentando su superficie en las últimas décadas, es una especie pionera, de crecimiento rápido y amante de la luz, por lo que se considera una especie colonizadora. Si consultamos las fotos aéreas desde 1932 observamos que el pino silvestre ha ido ocupando en nuestra comarca aquellos espacios abiertos que se habían formado por el secular aprovechamiento del arbolado, por la creación de dehesas para el ganado o por el abandono de terrenos dedicados al cultivo de cereal situados en lugares de baja calidad.

Pinos silvestres secos. Entorno ermita de Etxaurren

El abandono de las prácticas tradicionales de explotación del medio y una precipitación media superior a los 1000 mm anuales han favorecido hasta la fecha la expansión de esta especie de pino en la Comarca Cantábrica Alavesa, pero el cambio climático le está haciendo retroceder. Los lugares donde se han secado los pinos silvestres son principalmente aquellos con poco suelo donde las raíces no pueden penetrar en busca de agua, en laderas y cumbreras. Los quejigos con los que comparten el bosque sufrieron el año pasado las mismas condiciones climáticas, pero poseen una estrategia para sobrevivir en situaciones de sequía, se trata del secado prematuro de las hojas que evita seguir manteniendo activo el sistema foliar.

Con el fin de evitar una fuerte depreciación de la madera y posibles plagas de insectos perforadores que pudieran afectar a los pies sanos, la Administración ha autorizado el aprovechamiento extraordinario de las masas de pino afectadas por la sequía en los pueblos de Agiñiga, Menoio, Maroño, Salmantón, Añes, Erbi, Lejarzo, Lujo, Madaria, Ozeka y Sojo. En total suman 341 hectáreas, aunque este dato solo es aproximativo, está por ver la cifra real.

Pinos silvestres secos en monte Babio

Obviamente la sequía del año pasado no sólo ha afectado a los pinos silvestres de nuestra comarca. Si nos desplazamos a los valles vecinos, a Kuartango, Zigoitia o Valdegobía, veremos más pinos silvestres secos y en las Sierras de Badaia o Arrato, además de pinos, veremos que son las encinas las que también se han secado a cientos. El área afectada es mucho mayor que los lugares señalados aquí, sería interesante realizar un estudio sobre cuantas hectáreas de arbolado se vieron afectadas por la sequía y hacernos así una idea de la magnitud de la muerte del arbolado.



Como puede verse, el cambio climático se ha convertido ya en una importante variable para explicar la dinámica de nuestro paisaje. A medida que avance el siglo y sigan aumentando las temperaturas la sequía edáfica durará más meses limitando la disponibilidad de agua en el suelo. Las raíces de los árboles van a tener más difícil llegar a la indispensable agua y sobrevivir. Así que la superficie de pinos silvestres afectados por la falta de agua y aumento de las temperaturas es probable que siga creciendo, el número de pinos secos aumentará.


Es una incógnita cómo reaccionará la vegetación que actualmente puebla nuestro territorio ante los previstos cambios de condiciones climáticas en un corto periodo de tiempo. Los estudios teóricos que analizan la posible dinámica de la vegetación, como por ejemplo el “Análisis de riesgo climático de los hábitats terrestres de Euskadi” elaborado por la Sociedad Pública del Gobierno Vasco IHOBE” y que pueden consultarse en el visor de información ambiental geoeuskadi (https://www.geo.euskadi.eus/geobisorea), nos dicen que a finales de siglo XXI la vegetación natural de nuestra comarca cambiará de manera sustancial. Por ejemplo, los hayedos solo sobrevivirían en zonas elevadas del macizo del Gorbea.

Pinos silvestres secos. Ozeka

Y seguramente la encina ocupe el espacio dejado por pinos silvestres y quejigos que no hayan podido adaptarse. La encina se va a ver favorecida no sólo por el abandono del campo, sino también por el calentamiento global.

También las especies exóticas utilizadas para plantaciones forestales y desarrollar una silvicultura intensiva como por ejemplo el pino insignis o el abeto Douglas se verán afectadas, lo que abre un reto para el futuro.

 

miércoles, 26 de julio de 2023

Ruta por el Valle de Urkabustaiz: una encrucijada de la Red Natura 2000.

 

Esta ruta discurre por el valle de Urkabustaiz, un pequeño municipio del noroeste alavés compuesto por once núcleos de población cuya cabecera es Izarra. Son pueblos pequeños, humildes, dedicados fundamentalmente a la ganadería. No cuentan con un gran monasterio medieval, una torre fortificada o una iglesia con una imponente portada gótica, en su lugar poseen un rico y espectacular patrimonio natural que les ha hecho merecedores de formar parte de la Red Natura 2000, la red de espacios naturales protegidos de la Unión Europea. Y lo hace por partida triple ya que dentro sus límites coinciden tres zonas de especial conservación: ZEC Gorbea, ZEC Arkamo-Gibijo-Arrastaria y ZEC Robledales Isla de Urkabustaiz, y eso sin contar el alto valor natural que posee la campiña, un paisaje que domina en este valle.

Valle de Urkabustaiz

Valle de Urkabustaiz

Comenzamos esta ruta en el aparcamiento que conduce al Salto del Nervión desde el pueblo de Unzá para dirigirnos a la cascada de Gujuli. La hora que dista entre un lugar y otro discurre íntegramente por un paisaje de campiña caracterizado por amplios prados donde pasta el ganado en régimen extensivo. A pesar de encontrarnos a finales de julio aún podemos ver la avifauna que caracteriza estos espacios abiertos como tarabillas, trigueros, pardillos o alcaudones dorsirrojos, muchos de ellos son pollos volantones, incluso se escucha el canto de una codorniz.

Tarabilla común

Llegamos al pueblo de Goiuri/Gujuli donde se ha habilitado un balcón para poder contemplar esta espectacular cascada de más de 100 metros de altura, ahora sin agua. Este balcón también nos permite contemplar gran parte de la vertiente alavesa del Parque Natural de Gorbea y, en su proximidad, el hayedo de Altube. Nos detenemos un buen rato observando los aviones comunes y roqueros que recorren incansablemente el roquedo, ni rastro del halcón peregrino.

Agujeros en el árbol practicados por el picamaderos negro. Cascada de Gujuli.

Molino Gujuli

Cascada de Goiuri/Gujuli

Volvemos un trecho sobre nuestros pasos y nos encaminamos por la carretera hasta Oiardo, es la manera de atravesar uno de los robledales pertenecientes a la ZEC Robledales Isla de Urkabustaiz. En ellos se refugia una amplia diversidad de fauna, desde pequeños artrópodos hasta murciélagos forestales; nosotros sólo somos capaces de detectar a nuestro paso arrendajos, mirlos y alguna paloma torcaz.

Robledal camino de Oiardo

Al llegar a Oiardo nos acercamos un momento a la ermita de Goikoama donde nos sorprende el vuelo de un alimoche. En el entorno hay varias charcas y su visita es obligada para detectar anfibios como la rana común o el sapo partero, libélulas o mariposas tan especiales como Heteropterus morpheus.

Rana verde.

Larvas de sapo partero

Heteropterus morpheus


Lycaena phlaeas

Gorriones en Oiardo

Alimoche sobre la ermita de Goikoama


Cerveza artesanal Baias. Oiardo.

La importancia de la hidratación en un día de calor

Ermita de Goikoama


Nuevamente tomamos la carretera para continuar primeramente hasta el pueblo de Uzkiano y después alcanzar la charca de Bigandi, pasando por la venta de Malabrigo. Este entorno es especialmente rico en especies pues el paisaje de campiña se alterna con robledales, un pinar de pino pinaster y varios puntos de agua como las charcas de Zanpazu o Bigandi. Un rato de observación nos lleva a localizar verdecillos, verderones, jilgueros, pinzones, currucas zarceras, zorzales charlos, mirlos, petirrojos, papamoscas cerrojillos, tarabillas, cornejas, alcaudones dorsirrojos, carboneros comunes, mosquiteros ibéricos, pardillos, estorninos negros, vencejos…

Golondrinas en una casa de Gujuli

Prado con plantas de estramonio a la salida de Gujuli

Charca de Bigandi. Importante lugar para la reproducción de la rana ágil, seca en esta fecha.

Desde aquí regresamos poco a poco al punto de partida: hace días que se segó y los fardos de hierba permanecen en los prados de modo que muchas aves los utilizan como atalayas: busardos, colirrojos comunes o alcaudones dorsirrojos. Un lebrato despistado recorre varios metros por la pista hasta que se escurre en el matorral.

Unzá

Lagarto verdinegro en las proximidades de Bigandi

Alcaudón dorsirrojo

Cardo azul

Ya estamos de vuelta en el punto de partida, pero continuamos hacia el sur para ascender el pico Bagate (724 m), adentrarnos en la ZEC Arkamo-Gibijo-Arrastaria y si hay suerte fotografiar las currucas tomilleras que localizó Juanma Pérez de Ana esta primavera. En un cuarto de hora nos encontramos ya en la cumbre y en otro cuarto de hora alcanzamos el lugar donde ha sido observada esta curruca. Ni rastro. No importa, las lluvias de este mes de junio han dejado los prados verdes, las cunetas y campos aún con cantidad de flores y es un placer observar tal número de aves y de tantas especies: mosquiteros musicales, escribanos montesinos, bisbitas alpinos, chovas piquirrojas, etc. Parece un verano de los de antaño y no en lo que se está convirtiendo con el cambio climático.

Ascensión al pico Bagate

Cañón de Delika desde el pico Bagate

Escribano montesino bebiendo cerca del pico Bagate

Culebra lisa cerca del pico Bagate



Curruca tomillera observada en otra ocasión cerca del pico Bagate


Gustavo