viernes, 2 de junio de 2023

Observando aves en la campiña cantábrica ayalesa: Ruta Canciller Pedro Lopez de Ayala.

 

Alcaudón dorsirrojo cerca de la ermita de Etxaurren

Vamos a comenzar esta ruta en el Conjunto Monumental de Kexaa-Quejana, cuna del Canciller Pedro López de Ayala (1332-1407) y autor de varias obras literarias entre las que destacan el Rimado de Palacio o el Libro de la Caza de las Aves. En este último libro el ilustre ayalés recogió todo el conocimiento que se tenía hasta entonces sobre la cetrería, actividad cinegética practicada por la nobleza, añadiendo observaciones suyas como las que hace en el capítulo XLV titulado Del paso de las aves donde habla del paso de aves rapaces, pero también de las garzas observadas en aguas de Bermeo, las cigüeñas que no pudo contar por ser tan numerosas en el estrecho de Marruecos o la codorniz que cayó en una galera cerca de Ibiza. Así que vamos a considerar a Pedro López como el primer ayalés interesado por las aves, que tomó notas y publicó sus observaciones, razón por la cual vamos a dedicar esta ruta ornitológica a su persona.

Conjunto Monumental de Kexaa--Quejana
Subida hacia Menoio por el Camino Real de la Sopeña

Comenzamos esta ruta tomando el Camino Real de la Sopeña que nos llevará hasta el pueblo de Menoio en menos de media hora a través de un bosque mixto de quejigos y pinos silvestres, una formación boscosa que se repite en estas pequeñas elevaciones que custodian la Sierra Salvada: Babio, Santa Cruz de Burubio o Perigaña. Dentro de un bosque resulta más fácil detectar a las aves por sus voces que mediante la vista y en este tramo pude escuchar y apenas ver fugazmente al zorzal común y charlo, mirlo, mosquitero papialbo e ibérico, curruca capirotada, pinzón vulgar, pito real, algún arrendajo y carbonero garrapinos.

Menoio

Llegamos a Menoio, uno de los 24 pueblos que conforman el municipio de Aiara/Ayala. Recorremos sus calles y nos paramos a beber en la fuente. Las aves que observamos desde aquí son las típicas de áreas urbanas, tan abundantes en su día y ahora cada vez más escasas, más raras: aviones comunes, golondrinas, vencejos y gorriones. Desde el campanario de la iglesia me vigilan estorninos negros y colirrojos tizones.

Golondrinas

A partir de aquí la ruta va a transcurrir por un paisaje típico de campiña cantábrica: ante nosotros se abre una amplia extensión de prados donde pasta el ganado vacuno, caballar y rebaños de ovejas latxas, al fondo la Sierra Salvada. Las aves de medios abiertos dominan en estos paisajes. De aquí a la ermita de Etxaurren encontraremos en un momento u otro, alcaudones dorsirrojos, trigueros, tarabillas comunes, zarceros comunes, abubillas, torcecuellos, escribanos soteños o codornices.

Fuente Legutia.



Este año se observa mucho triguero

Apenas pude fotografiar este zarcero


Escribanos soteños y también pardillos son frecuentes en los setos de la campiña

Los pollos volantones de tarabilla se muestran confiados.

Las abubillas son muy escasas en la vertiente cantábrica pero en Menoio son habituales cada primavera

Una vez en la ermita seguiremos en dirección norte y nos adentraremos nuevamente en un bosque mixto de quejigales y pinos silvestre para tomar el camino que baja en dirección Respaldiza entre los picos de Eskoritas y Asnos. Escuchamos pito real, pico picapinos, cuco y dos machos de abubilla que se alternan para cantar. Entre las copas de los árboles se mueven páridos y petirrojos, ni rastro de piquituertos, un ave a la que hemos visto en más de una ocasión en estos pinos que bordean la ermita. Dos martas cruzan el camino a la altura de la charca, demasiado rápidas para fotografiarlas.

Ermita de Etxaurren


Gorriones comunes en la ermita de Etxaurren

La sequía de 2022 ha secado gran número de pinos silvestres en el entorno de Etxaurren


Poco después del abrevadero que encontramos a la bajada, un cartel nos indica la dirección a seguir para llegar a Quejana. Estamos en la vertiente norte del pico Eskoritas y además de quejigos y pinos silvestres, crecen hayas y robles (Quercus robur). El coro de las aves forestales vuelve a repetirse en este tramo, sumándose en esta ocasión el canto de una paloma torcaz y el tamborileo de un picamaderos negro.



Hayedo en la cara norte de Eskoritas

Cillortos y eslizones son frecuentes en esta zona

Salimos del bosque y alcanzamos la carretera por la que descenderemos para volver a Quejana. Desde aquí podemos distinguir las diferentes partes de las que se compone el conjunto monumental: convento, palacio y torre. Mientras recorremos este último tramo aparecen otras aves no detectadas hasta el momento como el chochín, el jilguero o el cetia ruiseñor.



¿Y que pasa con las aves rapaces tan queridas por nuestro Pedro López de Ayala? En esta excursión no ha habido más que unas observaciones lejanas de busardos, milanos negros y aguilillas calzadas, pero el canciller podría sentirse satisfecho porque la zona alberga una gran variedad de rapaces diurnas además de las mencionadas como el halcón peregrino, el cernícalo vulgar, el alcotán, el azor, el gavilán, el águila culebrera, el milano real o el águila real.

Restos de paloma devorada por una rapaz ¿gavilán, azor?







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