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Alcaudón dorsirrojo cerca de la ermita de Etxaurren |
Vamos a comenzar esta ruta en el
Conjunto Monumental de Kexaa-Quejana, cuna del Canciller Pedro López de Ayala
(1332-1407) y autor de varias obras literarias entre las que destacan el Rimado
de Palacio o el Libro de la Caza de las Aves. En este último libro el
ilustre ayalés recogió todo el conocimiento que se tenía hasta entonces sobre
la cetrería, actividad cinegética practicada por la nobleza, añadiendo
observaciones suyas como las que hace en el capítulo XLV titulado Del paso
de las aves donde habla del paso de aves rapaces, pero también de las
garzas observadas en aguas de Bermeo, las cigüeñas que no pudo contar por ser
tan numerosas en el estrecho de Marruecos o la codorniz que cayó en una galera
cerca de Ibiza. Así que vamos a considerar a Pedro López como el primer ayalés
interesado por las aves, que tomó notas y publicó sus observaciones, razón por
la cual vamos a dedicar esta ruta ornitológica a su persona.
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Conjunto Monumental de Kexaa--Quejana |
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Subida hacia Menoio por el Camino Real de la Sopeña |
Comenzamos esta ruta tomando el
Camino Real de la Sopeña que nos llevará hasta el pueblo de Menoio en menos de
media hora a través de un bosque mixto de quejigos y pinos silvestres, una
formación boscosa que se repite en estas pequeñas elevaciones que custodian la
Sierra Salvada: Babio, Santa Cruz de Burubio o Perigaña. Dentro de un bosque resulta más fácil detectar a las
aves por sus voces que mediante la vista y en este tramo pude escuchar y apenas
ver fugazmente al zorzal común y charlo, mirlo, mosquitero papialbo e ibérico, curruca
capirotada, pinzón vulgar, pito real, algún arrendajo y carbonero garrapinos.
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Menoio |
Llegamos a Menoio, uno de los 24
pueblos que conforman el municipio de Aiara/Ayala. Recorremos sus calles y nos
paramos a beber en la fuente. Las aves que observamos desde aquí son las
típicas de áreas urbanas, tan abundantes en su día y ahora cada vez más
escasas, más raras: aviones comunes, golondrinas, vencejos y gorriones. Desde
el campanario de la iglesia me vigilan estorninos negros y colirrojos tizones.
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Golondrinas |
A partir de aquí la ruta va a
transcurrir por un paisaje típico de campiña cantábrica: ante nosotros se abre
una amplia extensión de prados donde pasta el ganado vacuno, caballar y rebaños
de ovejas latxas, al fondo la Sierra Salvada. Las aves de medios abiertos
dominan en estos paisajes. De aquí a la ermita de Etxaurren encontraremos en un
momento u otro, alcaudones dorsirrojos, trigueros, tarabillas comunes, zarceros
comunes, abubillas, torcecuellos, escribanos soteños o codornices.
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Fuente Legutia. |
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Este año se observa mucho triguero |
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Apenas pude fotografiar este zarcero |
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Escribanos soteños y también pardillos son frecuentes en los setos de la campiña
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Los pollos volantones de tarabilla se muestran confiados. |
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Las abubillas son muy escasas en la vertiente cantábrica pero en Menoio son habituales cada primavera |
Una vez en la ermita seguiremos en
dirección norte y nos adentraremos nuevamente en un bosque mixto de quejigales
y pinos silvestre para tomar el camino que baja en dirección Respaldiza entre
los picos de Eskoritas y Asnos. Escuchamos pito real, pico picapinos, cuco y
dos machos de abubilla que se alternan para cantar. Entre las copas de los
árboles se mueven páridos y petirrojos, ni rastro de piquituertos, un ave a la
que hemos visto en más de una ocasión en estos pinos que bordean la ermita. Dos
martas cruzan el camino a la altura de la charca, demasiado rápidas para
fotografiarlas.
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Ermita de Etxaurren |
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Gorriones comunes en la ermita de Etxaurren |
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La sequía de 2022 ha secado gran número de pinos silvestres en el entorno de Etxaurren |
Poco después del abrevadero que
encontramos a la bajada, un cartel nos indica la dirección a seguir para llegar
a Quejana. Estamos en la vertiente norte del pico Eskoritas y además de
quejigos y pinos silvestres, crecen hayas y robles (Quercus robur). El
coro de las aves forestales vuelve a repetirse en este tramo, sumándose en esta
ocasión el canto de una paloma torcaz y el tamborileo de un picamaderos negro.
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Hayedo en la cara norte de Eskoritas |
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Cillortos y eslizones son frecuentes en esta zona |
Salimos del bosque y alcanzamos la
carretera por la que descenderemos para volver a Quejana. Desde aquí podemos
distinguir las diferentes partes de las que se compone el conjunto monumental:
convento, palacio y torre. Mientras recorremos este último tramo aparecen otras
aves no detectadas hasta el momento como el chochín, el jilguero o el cetia
ruiseñor.
¿Y que pasa con las aves rapaces tan
queridas por nuestro Pedro López de Ayala? En esta excursión no ha habido más
que unas observaciones lejanas de busardos, milanos negros y aguilillas
calzadas, pero el canciller podría sentirse satisfecho porque la zona alberga una
gran variedad de rapaces diurnas además de las mencionadas como el halcón
peregrino, el cernícalo vulgar, el alcotán, el azor, el gavilán, el águila
culebrera, el milano real o el águila real.
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Restos de paloma devorada por una rapaz ¿gavilán, azor? |
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