domingo, 8 de abril de 2012

La lobera de San Miguel

“Entonces daban batidas los losinos, los de Burgos. Cuando les castigaba el lobo, la junta avisaba de pueblo a pueblo y salían…o avisaba el montanero o algún otro del pueblo. Los concejos obligan a ir a todos los vecinos. Iban gritando, tirando tiros y a ver si iba al hoyo. Iban corriendo con albarcas, pero no les dejaban gritar “¡lobo, lobo!” sino “¡perro, perro! Los pastores de Ayala íbamos con la escopeta a los puestos y había que tirar siempre después de que pasase el lobo. Los puestos eran chozas que se hacían detrás de un haya, dentro de la lobera. Pero en mi acuerdo no entró ninguno a la lobera, o se brincaban por encima de la pared de la lobera o se tiraba por unos riscos más allá del huerto de San Miguel y por allí se escapaba.”Así recordaba el pastor Daniel Albisua de Madaría las batidas hacia la lobera de San Miguel en una entrevista que le hice a mediados de los noventa.

Lobera de San Miguel. Marzo 2012.
Los muros de estas imágenes son parte de las paredes de la lobera de San Miguel ubicada en el extremo occidental de la Sierra Salvada, dentro de la provincia de Burgos pero a menos de medio centenar de metros de la muga con Álava. Estas piedras nos hablan de la lucha secular que mantuvieron con el lobo todos aquellos que subieron su ganado a pastar a la Sierra Salvada: los vecinos de varios pueblos del Valle de Losa más los pastores de la Junta de Ruzábal de Bizkaia y de la Tierra de Ayala.
Lobera de San Miguel. Marzo 2012.
Las loberas son unas construcciones compuestas por dos muros de varios centenares de metros de longitud que, a modo de embudo, convergen en un profundo foso. El engaño funcionaba organizando una batida de tal forma que se condujese al lobo hacia el interior de las paredes y, finalmente, hacia el foso que se encontraba disimulado por ramas y hojas.  Iosu Azkarraga y yo cartografiamos y medimos en 1997 esta lobera  con el resultado de 72,8 metros de longitud la pared derecha y 894 metros la pared izquierda.
Lobera de San Miguel.
Se desconoce la antigüedad de dicha lobera sin embargo en un documento hallado en el Ayuntamiento de Ayala sobre el proyecto de construcción de otra lobera en el lugar de San Vítores y con fecha de 1630 nos dice que existía una en tierras losinas a una legua de distancia de la que la que se pretendía construir; y entre San Vítores y San Miguel media aproximadamente esa distancia.

Lobera de San Miguel
Lo que sí conocemos mejor es su final: a mediados del siglo XX Julián Salazar, un vecino de Villota, abatió el último lobo cazado en esta lobera.

Foso de la lobera de San Miguel

Olvidando cinco siglos de historia tras el lobo las paredes de esta lobera se encuentran hoy en estado ruinoso, y en este mismo estado de ruina se encuentra el mundo rural tradicional, su saber, sus prácticas ganaderas, su manera de entender el mundo entre el la vida doméstica del ganado y la salvaje del lobo... Todavía queda alguna piedra incluso algún muro, la charla grabada con el pastor Daniel Albisua y vamos dejando que se caigan, que se olviden, que se pierdan.

Gustavo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario