martes, 4 de junio de 2019

Pico picapinos en Amurrio

Alumnos del Colegio Virgen Niña de Amurrio con el pico picapinos. Foto Enrique Arberas.
El día 23 de mayo un golpe seco, a la vez que extrañamente estruendoso, alteraba mi rutina de trabajo en el Colegio Virgen Niña. Estaba seguro de que debía haberse producido un choque  de un ave contra alguna de las ventanas del centro (una causa no natural de muerte frecuente en edificios, carreteras… se estima que cada año mueren más de 100 millones de aves por colisión contra las ventanas). Pero me descolocaba la intensidad del choque. Abrí rápidamente una ventana colindante y lo vi, allí abajo, en el frio patio del colegio. Mi sorpresa fue enorme. Era un macho adulto de pico picapinos. Todo tenía sentido, no era un pájaro cualquiera el que había sufrido el fatal accidente, sino una especie de la familia de los pájaros carpinteros, el robusto y precioso picarlin, como lo conocemos los ayaleses.


Pico picapinos. Foto Enrique Arberas.
Desgraciadamente, nada pude hacer por él. Sin embargo, al menos, aproveché su todavía caliente cuerpo para mostrarles a los alumnos algunos de los rasgos distintivos adaptativos de esta familia de aves (poderoso pico para martillear la corteza, lengua extremadamente larga para escudriñar los recovecos y agujeros de la madera con el objeto de poder acceder a todo tipo de insectos, larvas o gusanos, potentes y  rígidas plumas de una corta y apuntada cola, además  de uñas magníficamente desarrolladas  para adherirse a los verticales troncos de los árboles). Y, por otro lado, también me sirvió para reflexionar sobre dos cuestiones.


Pico picapinos en uno de nuestros bosques. Foto Gustavo Abascal
La primera, proponer al claustro de profesores para que los chicos del colegio realicen diferentes siluetas adhesivas  de aves rapaces y las coloquen en las ventanas del citado centro con el fin de evitar en el futuro nuevas colisiones. De esta manera, aportaríamos nuestro granito de arena en la conservación de nuestra avifauna.
Y la segunda, escribir sobre el creciente incremento en general de las poblaciones de aves ligadas al medio forestal, como es el caso de los pícidos, y el progresivo deterioro, sin embargo,  de las ligadas a los medios abiertos agrícolas.


Paisaje de campiña en Ayala. Foto Enrique Arberas.
En este sentido, desde el año 2006 venimos haciendo un programa de seguimiento de las aves comunes centrado en los paisajes de campiña de la comarca de Ayala, incluyendo el municipio de Orduña. El objetivo principal de este estudio es conocer las tendencias y características de las poblaciones de aves comunes que utilizan el paisaje de campiña para reproducirse o en su ciclo vital.

Paisaje de campiña en Ayala. Foto Enrique Arberas.


La campiña atlántica constituye una tipología de paisaje típica de la cornisa cantábrica fruto de una explotación tradicional de los recursos naturales por el ser humano. El paisaje de campiña constituye, por tanto, un agrosistema directamente dependiente de la actividad agropecuaria que se viene desarrollando durante siglos en un territorio y que forma parte de los denominados “paisajes culturales”.

Paisaje de campiña en Ayala. Foto Enrique Arberas.
De momento, hemos analizado el periodo 2006-2013, teniendo en cuenta tres tipos de hábitats, agrícola ligada a la campila, forestal relacionado a las masas boscosas y el urbano, referido a los núcleos rurales (1). Aunque es una horquilla de tiempo corta para sacar conclusiones, el análisis realizado por grupos de especies según sus preferencias de hábitat podimos observar tendencias definidas. Según los resultados, uno de los tres grupos considerados (agrícola) presentaría un índice de cambio negativo, y el otro (forestal) experimentaría una evolución positiva.


Gráfico sacado del informe Red de seguimiento de las aves comunes reproductoras de las campiñas de Ayala. Periodo 2006-2013.

Comparando los resultados de este trabajo con otros realizados a mayor escala, se han podido observar algunos resultados similares en algunos apartados. Por ejemplo, según las conclusiones del programa SACRE deSEO/Birdlife durante el período 1998-2012 (SEO/Birdlife 2013b), la tendencia de las poblaciones de aves comunes durante ese periodo presenta un incremento fuerte para las especies asociadas a medios forestales y un declive moderado para las especies asociadas a medios agrarios, lo que coincide con los resultados obtenidos de nuestro estudio.


Bosque caducifolio en Ayala. Foto Enrique Arberas
Esta nueva situación tiene que ver con la evolución de las masas forestales. Tras un mínimo histórico de la superficie arbolada que pudo darse en nuestra comarca en las primeras décadas del siglo XX, el progresivo incremento de la superficie arbolada es un hecho notorio. Y no solo eso, que esos bosques, a su vez, son cada vez más maduros (sin apenas intervención humana) como lo demuestra el hecho de la presencia cada vez más consolidada de otro pajaro carpintero, el más grande y vistoso carpintero europeo, el picamaderos negro, desconocido en nuestro territorio hasta hace 10 años (http://naturayala.blogspot.com/2015/12/la-esperada-llegada-del-picamaderos.html).


Bosque caducifolio en nuestra comarca. Foto Enrique Arberas.
Asimismo, aunque no hay ningún estudio que lo avale, o sea no hay números que lo confirmen, la impresión es que hay otros grupos de especies forestales que también están en expansión como, por ejemplo, la marta, el ciervo volante o el citado picamaderos negro. Sin olvidar que existe una colonia de murciélago ratonero forestal, catalogado en peligro. Es un murciélago escaso que requiere amplias zonas boscosas donde cazar y encontrar refugio, fundamentalmente de frondosas y elevado grado de madurez.
Agujeros realizados por pico picapinos. Foto Enrique Arberas.
El propio pico picapinos en el Atlas de vertebrados continentales de Castien del año 1986 se informa de que es una especie detectada en zonas de montaña y que de todas formas es escasa y muy diseminada.
Yunque utilizado por el pico picapinos para romper avellanas. Foto Enrique Arberas
Sin duda, aunque este pájaro es claramente forestal, es cierto que suele frecuentar parques y jardines, pero puede ser indicador de la tendecia positiva que, en general, están teniedo muchas aves forestales y, en parícular, la familia de los pícidos. De hecho, en el Colegio Virgen Niña desde el año 2014 venimos apuntando todas las especies de aves que vemos desde dentro del recinto del citado centro y nunca lo habíamos observado y eso que llevabamos en estos 6 años 50 especies diferentes detectadas.

(1)   Aunque el estudio de seguimiento de las campiñas, como ya hemos apuntado, se hace para ver la evolución de aves propias de este medio, la campiña atlántica de nuestra comarca tiene la característica de estar rodeada de numerosas masas boscosas de quejigos, pinares, hayedos, robledales, además del bosque de ribera de ríos y arroyos y los setos y los nucleos rurales dispersos. Este es el motivo por el que en nuestro estudio también salen aves forestales o ligadas a los núcleos de población.



Enrique


1 comentario:

  1. Buenas tardes.
    Nos gustaría ponernos en contacto con vosotros por una entrada de vuestro blog. Por favor, ¿podéis poneros en contacto por email? bberzosa @ wwf.es (todo junto, sin espacios)

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